Las Discotecas de los 90 en La Coruña

sábado, 26 de marzo de 2016

Jose Dj en Bitácora Santa Cristina

Continuando con el espectacular artículo en La Voz de Galicia a cargo de Javier Becerra sobre Las Reinas de La Noche de La Coruña en los 90: Las Discotecas. Llegabas a la puerta: » No puedes pasar, llevas los calcetines blancos » y es que el control de acceso en cualquiera de las discoteca de La Coruña, durante los 90, era más estricta y que en la actualidad.

A principios de los años 90, las discotecas en La Coruña eran el centro de movida de la ciudad hasta que poco a poco los pubs le fueron comiendo terreno y horas de trabajo. Las sesiones de tarde en Casseley, La Cueva, Pachá La Coruña o Baroke en Sada, Cotton Club, Pirámide, Betty Blue, On, Chaston, Fox Trot, Dino Foxx, Playa Club, La Real, Ola Green

Como cliente de la sesión de tarde era más asiduo a Discoteca  La Cueva (antigua Rigbaba en Federico Tapia) que de Pachá La Coruña, el totem más pijo de la ciudad, pero una tarde recuerdo que fuimos un grupo de amigos a Pachá La Coruña y a uno del grupo no le dejaron entrar por vestir la “chupa de cremalleras” que tanto se llevaba a principios de los 90. En vez de regresar a Coruña, nos quedamos en la puerta rapeando a Mc Randy & Dj Jonco: Hey Pijo. Así pasamos la tarde burlándonos de los pijos al ritmo de rap gritándoles: “ Hey Pijo, de que vas, tanto mirarme…. “ y cuando se acercaba alguna chica, saltábamos a la estrofa que decía: “ .. y las pijas aun que estén bonitas son todas unas tontitas, y esos pantalones, de que vas, si parecer que te vas a pescar… “ Creo que esa tarde lo pasamos mejor que si nos hubieran dejado entrar en Pachá La Coruña. Lo curioso es que NUNCA puedes hablar mal o reírte de algo porque al final te puede caer encima. Nunca me imagine que, menos de dos años de aquello, yo estaría al mando de la cabina de Pachá La Coruña de 1992 a 1995.

Jose Dj Fin de año de 1992 a 1993Guardo muchos recuerdos de todas las salas por las que he pasado, pero en especial de la Discoteca Pachá La Coruña Aquello fue más que una discoteca. En 1,991 con los Djs Manry y Javito fue una gran explosión de la electrónica pero desde finales de 1992 con Emilio Ron a los mandos fue toda una pasada.

 

Hubo un momento, entre el 92 y el 93, que batíamos récord de caja y acceso. Teníamos dos sesiones: Semi-noche y Noche. Primero en Pachá Cielo, desde las 23:00 horas hasta las 3:00 horas, poníamos música española de los 80, actual, soul de los 60 y 70 además de toda la música actual, sobre todo en español. Pero luego a las 3:00 horas le daba vuelta al disco y metíamos electrónica más actual. Parecía que A Coruña se abría al mundo. Llegamos a hacerlo tan bien que en realidad teníamos dos discotecas, dos cajas y dos grupos de clientela en la misma sala. Así la clientela de Pachá Cielo se juntaba en la puerta a las 3:00 horas formando dos colas: una de salida, con una cola de entrada que iba a las sesiones de house que comenzaba puntualmente a las 3:00 horas, momento en el que los asiduos a la música de Pachá Cielo se cambiaban a la Discoteca Pirámide que continuaba con los mismos sonidos pop, rock y soul.

jose-dj-en-directo

En Pachá La Coruña reinaba el buen rollo y la fiesta. La Cabina estaba a pie de pista, y era normal trabajar entre vasos que dejaba la gente entre trago y trago, pero la clientela generalmente era cuidadosa (dentro de lo que algunos podían je je) y nunca pasó nada. Otra cosa era también el “fetiche” de tener una cita grabada en Pachá La Coruña. Llegó a ser tal la fiebre, que de cuando en vez se acumulaban en espera varias torres de cintas de casete esperando su turno. Es más, como la cabina de Pachá La Coruña estaba a pie de pista, llegó el momento en el que los propios clientes eran los que ponían su cinta en la pletina, la cerraban, le daban al botón rec y ¡ estaban pendientes para darle la vuelta a la cinta ! Al terminar, dejaban la pletina abierta y venía otro que ponía su cinta a grabar…

Mesa de mezclas Discoteca Pachá La Coruña

 

Durante los años 90 la mayoría de locales de La Coruña tenían su sonido característico y cada espacio sonaba de una manera distinta en función del Dj que ocupase la cabina en ese momento. Eso no quita la música de la radio, esas canciones que todos tenemos que poner, pero aun así, cada Dj tenía su sonido, su estilo y casi su marca.
Podías reconocer la mano de Poti (La Real 1989 – 1992) o Playa Club (en la actualidad) desde la puerta. Incluso en el playa, desde antes de cruzar la entrada ya sabias si Poti estaba pinchando o no. Lo mismo en la época funk de Dj Julio Iglesias en la discoteca Pirámide de 1991. Julio con un sonido muy funk de los 70 se marcaba unas sesiones que atraía a cierto público que a primera hora de la noche (cuando aún no había nadie) acudía a la Discoteca Pirámide solamente a tomar la primera copa de la noche mientras escuchaba y disfrutaba de las sesiones negroides antes que la discoteca se llenase. Yo estaba en el Pub Posavasos, pared con pared con Pirámide y cuando cerraba me iba a ver pinchar a Julio a Pirámide. Yo, como la mayoría de la vieja escuela, aprendimos de los mayores, de los profesionales que antes que nosotros hicieron bailar a la gente.

Internet y la tecnología han cambiado las cosas en el mundo de la noche y del Dj. En los 90 el esfuerzo, las horas y la experiencia era lo que marcaba a cada Dj, hoy en día, casi todo gira entorno al botón SYNC.

Dj Fail
La selección de la música era más trabajosa y había que “currárselo” más para estar la día. La Coruña tenía varias tiendas de discos: Famisa, Bambuco, Archo y Portobello, pero al final todos los Djs de La Coruña y comarca nos juntábamos enla tienda de discos Portobello, un lugar en donde encontrábamos siempre todas las novedades. Los jueves era el día de la semana en la que nos juntábamos la mayoría de los djs de Coruña en donde reinaba una camaradería inigualable, todos compartíamos experiencia y conocimiento, al principio era yo el que aprendía, pero poco a poco también era el que tenía algo que enseñar. Llegó un momento en el que en Portobello ya solo faltaba un grifo de cerveza para que la tarde fuese perfecta. Allí estábamos todos los djs escuchando la música y seleccionando lo más apropiado para cada una de nuestras salas. Con 19 años tenia bastante tiempo libre, llegando a pasarme en la tienda de tres a cuatro días a la semana. Primero en Posavasos, y luego en Pachá, tenía el mismo jefe que exigía un nivel muy alto y era el que decidía al final, que discos comprar y cuales no, y es que hasta la era de Internet, cada local era el propietario de su música, asegurando también que si el dj faltaba, la música no se iba con el. Me exigían un nivel muy alto con la música y tenía que seleccionar muy bien que discos apartar, de ahí a que poco a poco llegase a pasar más horas en Portobello que en mi casa, escuchando y reescuchando discos y más discos. Y no solo escuchaba los temas que yo probaba, sino que cuando terminaba mi preselección, detrás de mi iba otro Dj que la mayoría de las veces volvía a escuchar para él los mismos discos que Jaime, Juan o Javier apartaban para mi. Eso me ayudaba a percibir las canciones de otra manera, y es que no es lo mismo poner una canción a que te la pongan. Algunos Djs comentaban en alto sus impresiones sobre la canción, momento en el que mi oído recibía aquel vinilo que había rechazado anteriormente para percibirlo de otra manera y que incluso cambiase de opinión y le pidiese a Jaime una copia para mi. Lo mejor era cuando llegaba Poti (La Real Club) a escuchar música, casi siempre comentaba cosas tales: “como mola, tiene por debajo el ritmo de aquella canción del 72 que fue numero uno un año seguido”. Razón por la que iba otra copia para mi bolsa. Con mis discos apartados en Portobello, los sábados quedaba con Ignacio que era el que seleccionaba que discos comprar y cuales no, y me exigía explicar por que había apartado tal o cual vinilo. Las primeras veces era un poco frustrante, de 50, 60 o 70 discos igual me compraba 10 o menos, ya que en la mayoría de los casos no podía explicar de ninguna manera por qué había hecho aquella selección, momento en el que comencé a pasar gran parte de mi tiempo en Portobelo probando mis discos y escuchando las pruebas de los compañeros de otras salas, aprendiendo de ellos y del personal de Portobelo. Todo este trabajo y esfuerzo se vio recompensado, cada vez quedaban fuera menos discos, incluso muchos djs dejaban de hacer sus escuchas para centrarse en las que hacía yo. Aquello al final me produjo un poco de “ansiedad” pasaba muchas horas para tener lo mejor de los mejor y me llegaba a incomodar que otro dj sonase como yo. Por esa razón, llegué a cambiar mis horas de visita a Portobelo. Pero pronto dejé de ser yo el que me pegaba a las cabinas de los grandes y verles trabajar a ser yo el que tenía a un buen número de djs de otros locales viéndome pinchar en Pachá La Coruña. Aquello fue tal, que comencé a arrancar las galletas de los vinilos para dejarlos en blanco y que nadie supiera como se llamaba aquel descubrimiento que para mi era oro. Y no solo eso, en los 90 la música tenia una duración limitada, unos meses, o solo lo que duraba el verano, los singles nuevos relegaban rápidamente al olvido a las canciones más sonadas. Con el tiempo descubrí que yo no fui el único que ocultaba sus descubrimientos musicales de sus colegas djs. En el libro “Historia del Dj” de Broughton y Brewster. Por si alguien no lo conoce, allí se habla de la increíble competitividad que se estableció entre los DJ de soul del Norte de Inglaterra a finales de los 60. Era tal la necesidad de distinguirse unos de otros que, después de encontrar los discos más extraños, ocultos y olvidados de la escena soul norteamericana -dónde había dejado prácticamente de editarse discos de soul-, comenzaron a proteger sus nuevos descubrimientos encubriendo el sello y dándole un nombre falso. Un tal Carl Dean, uno de los primeros DJ de soul en proteger el sello, cortaba incluso el centro de un disco que no utilizaba y lo ponía encima del disco que estaba pinchando. Una maravillosa historia.

Jose Dj 1994 - Vinilo Sin nombre

¿Canciones emblemáticas de Pachá La Coruña que se ocultaban tras el sello central del vinilo arrancado y en blanco?

Whigfield – Saturday Night ¿necestitas ver el video?

Dj Sylvan – Guitar Spell Ver Video

Panic Hell – Hells Party Ver Video

Spanic – Bring On The Night Ver Video

Paco Pill – Dimensión Divertida Ver Video

Ace Off Base – All Thats She Wants Ver Video

Hoy en día es algo imposible, el shazam hace la vida más fácil a los que que no les mola la parte menos glamourosa del Dj: explorar, buscar, investigar, aprender, preguntar, escuchar y escuchar todo lo que sale sin saber si será éxito o no. La experiencia, el gusto, y a veces un poco la suerte te hacen dar con el hallazgo, antes que nadie, de un tema y reconocer que será un bombazo.

Siempre me ha gustado poner todo lo nuevo tan pronto como cae en mis manos, y desde siempre he tenido que escuchar cosas como: ya esta este con su música chunga, o que porquería de cd me has grabado, las canciones no las conoce ni su p*** madre. Ya, bueno. Luego escuchaban el cd seis meses después y de ser poco más que un posavasos pasaba a ser el cd que nunca salia del coche y siempre estaba sonando.

Yo viví el comienzo de los años 90. Mi primera discoteca fue La Cueva, entrabas con algo parecido a una tarjeta de socio, y en la puerta te daban un cartón en donde te apuntaban las consumiciones y luego al salir era cuando pagabas. Era muy cómodo a efectos prácticos ya que la gente entraba más rápido a la sala, lo único era cuando la perdías y no podías justificar si habías consumido o no y dicha tarjeta tenía como clausula que por su pérdida había que abonar una cantidad, bastante injusta, que se ajustaba a un calculo máximo de lo que te podían apuntar en el cartón de consumiciones.

Tarjeta de Socio Discoteca La Cueva 1988
Para entrar en La Cueva necesitabas un carnet de socio y solamente otro socio podía introducirte en la discoteca, momento en el que podías solicitar tu tarjeta de socio. El éxito fue tal que llegó un momento en el que ya no se daban mas carnets de La Cueva. Pero como vivimos en el país de la picaresca, mucha gente ya dentro, deslizaba por la puerta de emergencia su tarjeta de La Cueva para que otra gente pudiera pasar. Por desgracias para algunos, en La Cueva eramos siempre los mismos y una cara nueva cantaba y mucho. La Cueva, al final se convirtió en un garaje y unos cambiamos a Cotton Club en la calle Médico Rodriguez primero y La Real Club después.
Otro control que se hacía de forma intensa es el acceso a las discotecas con calzado deportivo, había gente que lo intentaba cuando la cola era muy densa y pensaban que los porteros no se darían cuenta, pero sí, se daban cuenta y escuchabas eso de: “con zapatillas de deporte: NO”. Pero como vivimos en el país de la picaresca, un faltó ningún avispado que se dedicaba a quitarle los zapatos a un colega para sacarlos a la calle escondidos bajo la chaqueta, en donde había otro colega en deportivas que se cambiaba por los zapatos que le traían para poder acceder a la discoteca, momento en el que volvía a ponerse las zapatilla de deporte como si nada. (Visto en Pirámide).

Los controles en las puertas de las discotecas eran más estrictos que los de ahora, buscaban una estética definida y la aplicaban los días que tenían mucha gente y los días que tenían poca. Era una pasada, mucha gente que salía no sabía si la iban a dejar pasar o no. Afortunadamente, por aquellos años 90 existían 7 discotecas abiertas, en funcionamiento y llenas. Cada una con su público pero llenas.

  • Pirámide.
  • Playa Club.
  • Ola Green.
  • Chaston.
  • Fox Trot.
  • Punto 3.
  • La Real.

Luego estaban Chevalier, Bambina y Brohters en Santa Cristina y un poco más lejos El Bosque.

Una cosa que yo no sabía es que mucha gente piensa que la “Fiesta del Cateado” en La Real Club, aquella que se hizo un día de semana (no recuerdo cual) a las 12 del medio día y dejó los institutos y colegios de La Coruña casi desiertos, una fiesta en donde te invitaban a una cerveza por cada suspenso y a botella de champán si llevabas TODAS las notas cateadas (religión y gimnasia incluidas) era una Leyenda Urbana. Pues no. No es una Leyenda Urbana, es muy real. Causó un revuelo muy grande, tras la primera denuncia, dicen que del Gastof primero, y las APA después, hizo que se personase la policía local en una redada sin precedentes en La Coruña. Bueno, he presenciado alguna más en la que por el micro sonaba: Atención, esta la policía en la puerta, los menores de 16 años que salgan por la puerta de emergencia… y acto seguido quedar en la sala 15 o 20 personas.

Poti, Dj de La Real Club, me envía una nota para corregir la historia de la fiesta del cateado:

El equipo que formábamos La Real Club éramos muy activos, y estábamos todo el día pensando, a ver a quién se lo ocurría la fiesta, el cartel, la camiseta, o lo que fuese, más innovador, más atrevido, más original, más molón… Entre otra muchas cosas, siempre tuvimos ganas de hacer una sesión vermut, o matinal, y esas ganas se materializaron en colaboración con un grupo de alumnos del Colegio Dominicos e Instituto Zalaeta, ambos muy próximos a la sala, y que no tenían clase las dos últimas horas de los viernes (de 12:00 a 14:00). Y así surgió la idea de  la «Fiesta de la latada«. Lo que no supimos, no nos planteamos, y no pensamos previamente, fue la trascendencia y el poder de convocatoria  que aquello podía alcanzar, y de hecho alcanzó, llegando a otros centros y a otros alumnos que no tenían esas dos últimas horas de clase libre los viernes por la mañana.»Por cada suspenso invitación a una cerveza» y » por toda las asignaturas suspensas una botella de champán» fue algo con lo que se bromeó durante la organización de la fiesta, pero que nunca se llegó a publicitar, y por su puesto nunca se materializó. Lo cierto es que aquella broma durante la organización de la fiesta, sin saber cómo, se filtró y transcendió entre el público asistente, y alguno hubo que apareció con el boletín de notas enseñando sus suspensos. Y así empezó «La Fiesta de La Latada»… un viernes a las 12 del mediodía.Lo recuerdo porque me había tocado trabajar la noche anterior, y llegué a La Real bostezando, sin apenas haber dormido. Preparé mis vinilos y encendí el equipo, cuando nos quisimos dar cuenta el local estaba abarrotado de chavales. En medio del gentío apareció la autoridad, y en medio de la redada un policía insistía en pedirme la documentación, pensando que yo era un asistente más de la fiesta, yo le decía que estaba trabajando, pero no me creía….supongo que me miraba y sólo veía a un chaval de 20 años latando a clase. Finalmente apreció el gerente de la sala y  le confirmó al policía que yo trabajaba allí, y  éste desistió en su empeño de identificarme. Las semanas posteriores fueron muy intensas en lo que se refiere al tema de las denuncias y todas las explicaciones que hubo que dar. Afortunadamente todo aquello quedó en un apercibimiento por parte de las autoridades, y en un montón de promesas por parte de la sala de no volver a hacerlo nunca más.Ahora, unos 25 años después, haciendo memoria de todo aquello, entre recuerdos, leyendas urbanas e historietas, lo único que se me viene a la cabeza, es «qué locos estábamos, qué bien nos lo pasábamos, y sí, yo estuve allí!!!»

De la época dorada de las Discotecas de los 90 he estado en todas, y de todas ellas solamente sobreviven dos: Playa Club y Chaston. Y en la primera no he estado. Ola Green se reconvirtió en Moom 54 en 2,012.

American Corner, junto con Car Coffee y Aquitania sentó las bases para la creación de una nueva zona de copas en Matograde, lejos del barullo del Orzán. Estuvo en lo más alto de la noche desde 2,002 hasta 2011 y ni la apertura del 20th Century Rock pudo con American Corner, es más, la clientela llegó a ser la misma para repartirse las horas entre ambos locales. American Corner Primero y 20th Century Rock después para terminar en el Playa Club. Ningún local en Matogrande ha llegado tan alto ni durante tanto tiempo hasta ahora como el que ha sido el buque insignia de Matogrande desde 2002 a 2011.

Discoteca Punto 3, abril de 2011

Punto 3 es quizás junto con Pachá una de las salas en las que mejor me lo he pasado. Entré en mayo de 2010 con la sala Le Club trabajando hasta la bandera. Punto 3 siempre se había caracterizado por un sonido indie, retro y muy ochentero. Comencé con mi música y como en Pachá, demostré que se puede pasar una noche sin música latina ni los clásicos de siempre (eso no quita que sonasen esas canciones inevitables que siempre hay que poner) a lo largo de la noche. A fin de cuentas en La Coruña había decenas de pubs que tocaban dichos estilos musicales. Posiblemente ese fue uno de los éxitos del cambio de Punto 3: en los pubs ya sonaba latino y pop retro nacional e internacional, y luego, al cerrar los pubs terminabas en la discoteca: todo lo actual, dance y un poco de house.

Jose Dj underdub.net

A fin de cuentas, la gente que sale se va renovando cada año y las nuevas generaciones ya no escuchan lo mismo y mucho menos lo que escuchaban sus padres. Pero en Punto 3, otro dato importante a tener en cuenta era el papel que jugaban mis compañeros de barra sala y puerta con quien formamos un equipo perfecto que nos permitió estar en lo más alto de la noche, con la reapertura de Piramide en junio de 2010 con una obra totalmente nueva, aguantar la apertura del Dux primero y el Amura después (yo inauguré el Amura junto con Santi) hasta que la apertura de Moom 54 en el año 2,012 alteró el mercado cuando al tercer fin de semana de vida anunciaba en la radio mediante publicidad que la entrada costaba 0€

Jose dj Amura Café julio 2011

¿De qué salas guardo mis mejores recuerdos y experiencias?

 

Pachá La Coruña (con Emilio Ron), Baroke (Sada), American Corner y Punto 3.

 

 

 

¿En las salas que más he aprendido?

Discoteca Chaston, sin lugar a dudas. Siempre pensé que era la sala más difícil de trabajar de toda la ciudad de La Coruña, pero es todo lo contrario. El público de aquella época no perseguía el número uno de los 40, solamente quería (y quiere) bailar, música que sonase bien y el resto venía solo. En la actualidad continuo con la misma sensación.

¿La más dificil? Ola Green. Era con diferencia la discoteca de La Coruña en la que más variaba el público en edad y gusto musical y había que encontrar el equilibrio para contentar a todos, y si a esto sumas que casi toda la hostelería de la ciudad estaba asentada en la barra del fondo a la derecha según entrada original, hacía que fueras más cuidadoso con lo que hacías, era algo así como el gran hermano de la noche.i

RESUMIENDO: La noche y la forma de salir ha cambiado y la gente sale de otra manera muy distinta a la que lo hacíamos a finales de los 80 y durante los años 90.

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