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Jose Dj uNDERDUb.NET 20 años de historia

martes, 7 de septiembre de 2010

Veinte años ya los que como Dj llevo trabajando en La Coruña y comarca (más en la ciudad que fuera, todo hay que decirlo). Durante esos 20 años he acumulado experiencia, anécdotas y vivencias de todo tipo. He estado en cabinas monumentales, en cabinas sencillas y en cabinas en las cuales era muy difícil trabajar, por no decir casi imposible. De las mejores me quedo con la de la Pachá La Coruña (Jose Dj 1992 ≈ 1995) de las peores… bueno… algunas estaban (supongo que continuarán en su lugar) en Portugal, de las cabinas de La Coruña no hablaré porque hay de todo.

A lo largo de los algo más de  20 años de experiencia en cabinas, he pinchado y programado mucha iluminación, la de mi sala: Pachá La Coruña, primero y las de clientes más tarde. Hoy en mi curriculum puedo afirmar que he programado la iluminación del 80% de las salas de La Coruña y comarca (por no decir el 90 ó 95%). De todas estas salas, es la iluminación de Ola Green la que puedo destacar por encima de todas las demás y de la que estoy muy orgulloso. La mesa de iluminación esta completamente automatizada  y programada para toda la noche. Una histórica mesa Pulsar Master Piece 108.

 

Aquí me tienes en la cabina de la discoteca Ola Green, durante el fin de año 1.996 ≈ 1.997

Mucho ha cambiado  la iluminación espectacular y la forma de utilizarla. Recuerdo cuando muchas de las luces y focos instalados en las pistas de baile se accionaban mediante unos paneles con múltiples interruptores de esos que se utilizan en las casas a modo de llaves de luz. Se accionaban las lámparas giratorias, y algún dispositivo móvil de iluminación. Algunas veces estos interruptores no estaban correctamente aislados y producían chasquidos que se escuchaban por los altavoces de la sala.

La mayoría de la iluminación de aquella época era toda casi toda de accionamiento manual.

 

Las etapas de potencia también se verían un tanto arcaicas si encontrásemos alguna sala de aquella época. Algunas de ellas con indicadores analógicos de potencia mediante agujas retroluminadas, los llamados Vu-metter o «vúmetros«. Posteriormente aparecerían los Vu-Metter digitales con escalas horizontales o verticales compuestos por una o dos filas de leds verdes hasta los 0 db’s y varias rojas por encima de los 0 db’s. Los vúmetros se encontraban, y se encuentran, en los aparatos de grabación tales como las ya casi extinguidas cintas de cesette, algunas etapas de potencia y en las mesas de mezclas para la medición de la entrada y salida de sonido.Es intencionalmente «lento» en la medición, promediando máximos y mínimos de corta duración para reflejar el volumen percibido. Además del nivel actual, algunos vúmetros electrónicos también muestran los picos o máximos. Como regla general, los niveles de grabación deben ser tales que no superen el área roja más allá de 0 VU, o sólo en raras ocasiones. Si el volumen de grabación es demasiado alto, la calidad del sonido y respuesta en frecuencia es generalmente más pobre y los efectos de saturación recorte pueden ser especialmente problemáticos para un sistema de grabación digital. A lo largo de los años, he aprendido a medir potencia de trabajo grabando cientos de cintas para escuchar mis sesiones y todas, claro está a 0 dbs.

Aquí vemos una etapa de potencia Cabotrón 1200A. Estaba instalada en la segunda terraza de la Discoteca Pachá de La Coruña, en la piscina, junto con una mesa de directo y 5 etapas más (no son estereo). Los altavoces formaban una torre de entre 3 y 4 metros, lo que nos permite hacernos una idea de la potencia de sonido que podían desarrollar.

No obstante, la pista de Pachá La Coruña estaba sonorizada con etapas Crest Audio y altavoces TAD.

 

Algunas cabinas llegaban a ser un tanto rudimentarias en algunos casos y para pinchar en vinilo disponíamos de gira discos domésticos, los tocadiscos de toda la vida. Yo comencé a principios de los 90 y aunque el modelo SL-1200 del gira-discos profesional Dj de  Technics habría nacido allá por el año 1972 he tropezado con unas cuantas cabinas dotadas de los ya míticos Lenco, construidos en acero y demasiado duros y toscos como para trabajar. Desde mi entrada en el Pub Posavasos en la calle Juan Florez entre 1.990 ≈ 1.992 pasando por Pachá La Coruña, ya no me encontraría en demasiadas ocasiones giradiscos que no fueran la gama pro de Technics.

 

En el año 1.993 arrancaba la implantación forzosa del cd en detrimento del vinilo y la actualización al sistema compacto se hacía más que necesaria. Denon fue el primero que lanzaba su gama profesional con un mando exterior bien diseñado y conectado por un cable telescópico a un cargador de doble bandeja. Todos los que hemos vivido aquella transición recordamos lo difícil que fue adaptarse al cd. El cambio de trabajo en un entorno manual a uno digital limitado a un solo dedo con el que manejas mediante botones todas las funciones del cd. Trabajando con vinilo era todo control manual. Lanzar el disco necesitaba de un impulso exacto para que no entrase acelerado o con poca velocidad, a fin de cuentas, tras detener con los dedos el vinilo era necesario impulsar el disco para incorporarlo a la velocidad del plato que «resbalaba» debajo del disco de vinilo. Resbalando literalmente sobre el patinador o también llamado «alfombra anti-estática». Algunos tenían un fino cartón circular para disminuir el roce entre el vinilo y el plato en suma, para facilitar que el plato pudiera resbalar cómodamente por debajo del disco cuando el dj detenía con sus manos el vinilo en espera de lanzarlo a girar para ejecutar la mezcla. Yo recortaba con mimo las fundas plásticas que protegían los discos que iban dentro de las carpetas. Lanzar el disco, igualar la mezcla. En ocasiones había que acelerar mínimamente el disco para igualar la velocidad y el ritmo con el tema que estaba sonando, se podía hacer haciendo un leve gesto en el borde del vinilo o tocando el centro del disco, el espacio en el que se imprimía el sello discográfico con los créditos del tema, el intérprete, el título y la versión del corte. En otras ocasiones era necesario forzar el disco a bajar la velocidad frenándolo muy levemente, en mi caso usando la yema de los dedos aplicando una muy pequeña presión sobre el propio plato. El contacto con la mezcla era físicamente intensa y al 100%. En la actualidad, en mi casa hay un0 de estos  giradiscos de vinilo profesional, el Technics SL1200 Mk2 en color negro. No me agrada mucho el color, ya que mayoritariamente eran plateados, pero un regalo no se puede despreciar.

 

Aún recuerdo haber pinchado hace muchos años con unos rudimentarios giradiscos de la marca Lenco que llevaban una rueda a modo de Pitch para regular la velocidad de giro del vinilo. Eran escasos los platos Lenco que disponían de Pitch para facilitar la mezcla por lo que teníamos que hacerla a pedales, como nos gustaba denominar a las mezclas hechas con aquellos rudimentarios pero tan famosos Lenco. Dominabas los Lenco y al pasar al modelo profesional de  Technics las mezclas se hacían casi solas. Existían modelos que contaban con selector de velocidad de 33-45-78 revoluciones. Duros como el demonio, estaban construidos en acero pero sin armazón, diseñados para empotrarse en la cabina.

 

Con la llegada del cd el Dj perdía el contacto físico con el disco siendo el único los botones incluidos en los reproductores de cd. Play, Cue, aumentar velocidad, frenar velocidad… todo relegado a la acción de un solo dedo lo. Acciones que antes necesitaban de las dos manos en los pasos previos a la mezcla en vinilo. Un aislamiento del disco que se transformaba casi en frustración al intentar tocar lo, por fuerza de la costumbre, para acelerarlo o frenarlo y ver que no, que es imposible, ahora para ello existen dos botones.

 

El aspecto de los aparatos ha cambiado radicalmente en los últimos 20 años, que son los que llevo pinchando, alguno más en realidad. También han cambiado las modas. En los 90 lo más usado en mesas de mezclas eran las Ecler, unos aparatos muy resistentes y a prueba de «cafres».  Etapas de sonido JBL y algunas de gama más baja. Auriculares Sony y mayoritariamente AKG. algunos Djs empezaban a descubrir la marca Sennheiser. Yo pertenezco a la generación de auriculares AKG y con ellos trabajo en la actualidad. Ya en el año 2000 se instauró la moda Pioneer y a decir verdad fue por razones más que justificadas: la construcción de sus reproductores de cd de la gama Dj y sus mesas de mezclas hicieron y hacen las delicias de los que somos Djs profesionales y los que no lo son tanto. Tras Pioneer están las mesas de excelente calidad de la japonesa Vestax de la que yo poseo una pequeña de 2 canales.

 

Los sistemas de grabación también han cambiado y mucho. Atrás quedan las grabadoras en cinta por bobina, se las conocía comúnmente como Revox. Los primeros magnetófonos de aficionados aparecieron en 1950 y eran de carrete de cinta abierta. El modelo comercial de magnetófono más difundido fue el célebre Revox. También harían su aparición, los magnetófonos para estudios discográficos, mediante los cuales se eliminaba el proceso de grabación directa de audio sobre discos maestros hechos de cera rígida o de aluminio con cobertura de laca negra. Este proceso, aseguró una mejor calidad sonora, como lo demuestran las reediciones de materiales de audio de esa época en soportes digitales.

En algunas salas se usaban las Revox para grabar sesiones de música de hasta 6 horas de duración a fin de tener música en las primeras horas de sesión a la espera de que empezase a llegar la gente. En Discoteca Pachá La Coruña había una que se usaba para sonorizar con una música diferente las dos terrazas de Pachá La Coruña.

Para los clientes, teníamos platinas profesionales como la de la marca Nakamichi, un aparato muy común en las cabinas de las salas de finales de los 80 y principios de los 90.

 

Puedes acceder a la Galaría de Imágenes para ver más

 

 

Agradecimientos especiales a la empresa Auditel Sonido por las fotos.

 

 

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  1. rai
    jueves, 9 de septiembre de 2010 a las 20:55 | #1

    Hola Jose. No entiendo todo lo que comentas, pero trabajón¡¡¡¡¡¡. Ese cariño por el detalle técnico me ha recordado a un DJ que admiro profundamente: David Mancuso. David, ya con sesenta y tantos años, sigue girando por el mundo. Hay algo que lo hace muy especial: en primer lugar, no mezcla; en segundo lugar, no va a ningún club dónde no se den unas condiciones de sonido que el tiene perfectamente claras. De hecho, no utiliza las cabinas, el que lo quiera tener en su club ha de montar el equipo de acuerdo con sus deseos. Os enlazo un video dónde se comprueba su perfeccionismo en cuestiones técnicas. Bárbaro¡¡¡¡¡

    https://www.youtube.com/watch?v=RAOC7R9LUuw

  2. jueves, 9 de septiembre de 2010 a las 22:51 | #2

    Quizás me he pasado un poco con tanta información pero he intentado resumir lo máximo posible y me han quedado aún algunas cosas por contar y fotos por colgar, pero gracias por tu comentario. He escuchado cosas de Dave Mancuso, como su recopilatorio The Loft Vol I y Vol. II. Precisamente The Loft ha sido una de sus creaciones en esas fiestas tan famosas que organizaba en su club al que solamente se podía acceder por invitación y este club de New York no era otro que el tan famoso The Loft.

    El Día de San Valentín de 1970, David Mancuso organizó una fiesta para sus amigos -una panda de marginales, negros, hispanos, homosexulaes, travestis, drogadictos- en su loft -El Loft- en el SoHo de Nueva York. Ese primer «Love Saves the Day» fue el principio de todo. A diferencia de lo que pasaba en las boîtes y discothèques de la época, donde la música no era lo más importante y se alternaban los temas «movidos» y los «lentos», las fiestas en el Loft estaban concebidas como un viaje a través de la música. Los temas se encadenaban, aunque David Mancuso no mezcla, para alterar el estado de ánimo y, con suerte, de percepción -sí, «Love Saves the Day» puede leerse como un acróstico. Eran una especie de versión hedonista de las ceremonias de baile ritualizado, presentes en la mayoría de religiones; un aquelarre sin macho cabrío, una ceremonia vudú sin loas. Pero con un maestro de ceremonias oficiante (God is a DJ; life is a dancefloor).
    Esas fiestas en el Loft son el punto de arranque de la música disco, de la música «house», de las discotecas y los clubes. En esas fiestas, por ejemplo, el maestro Larry Levan y el padrino Frankie Knucles echaban una mano inflando de helio los globos que cubrían el techo. Si alguna vez bailando, te has olvidado de quién eras; si alguna vez bailando, has entendido qué quieren decir las Sisters Sledge con «Lost In Music»; si alguna vez bailando, has comprendido que sólo existe el presente, entonces, algo le debes a David Mancuso. Sino, deberías intentarlo.
    Fuente: He visto más de lo que recuerdo

    Los que querrais ver el video que recomienda Rai:

  3. rai
    lunes, 13 de septiembre de 2010 a las 15:46 | #3

    Ahí está, sí señor. El mundo The Loft es la raíz misma de la cultura de club. Saludos

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